El Penitente regresa para volver a enfrentarse a el Milagro. Basta esa sinopsis para entender lo místico, macabro y evocador que resulta el videojuego "Blasphemous II", la esperada secuela creada por el estudio de desarrollo español The Game Kitchen. Un estudio que se convirtió en una referencia del panorama independiente tras el lanzamiento de la primera entrega, "Blasphemous", en 2019.
Una primera entrega que existió gracias a que fue financiada en una campaña de micro-mecenazgo por parte de fans y que fue un éxito por emplear una fórmula jugable conocida (ser un metroidvania o juego de acción y plataformas no-lineal que busca ser desafiante), pero que destacaba por un sobresaliente estilo artístico y una original ambientación pocas veces empleada en este arte: utilizar referencias de la cultura andaluza y española mezclados con lo tétrico de lo religioso y una violencia visceral para crear una atmósfera misteriosa y brutal. La secuela partía con el reto de mejorar lo anterior y volver a sorprender. El resultado es una obra que sigue derrochando personalidad, que mejora y pule las carencias de la primera entrega y que es capaz de mirar de frente a los mejores del género.
Lo diferencial de la primera entrega de "Blasphemous" era su arte y, precisamente, todo el arte y la cultura de la que bebía para crear un mundo de fantasía medieval lleno de elementos inspirados en la cultura autóctona de Andalucía, en España, su folclore, leyendas y religiones. Todo ello retorcido hasta lo macabro para crear imágenes y secuencias impactantes como pocas gracias a un diseño artístico pixel-art detallado y una banda sonora bien trabajada repleta de sonidos castizos. Una apuesta que impregnó de personalidad al título que se vislumbraba con solo ver al protagonista: un penitente, como los que se ven en Semana Santa en Andalucía, armado y listo para enfrentarse a seres tenebrosos.