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Cuántos prisioneros palestinos hay en Israel y cuán factible es que se produzca un intercambio con rehenes de Hamas como ha ocurrido en el pasado

Cuántos prisioneros palestinos hay en Israel y cuán factible es que se produzca un intercambio con rehenes de Hamas como ha ocurrido en el pasado5.000 prisioneros palestinos a cambio de los 240 rehenes israelíes. No es la primera vez que un gobierno israelí se enfrenta ante un dilema similar, aunque nunca de la magnitud de esta ocasión. Hamás ha puesto la oferta sobre la mesa y el ejecutivo de Benjamín Netanyahu se encuentra bajo una presión cada vez mayor -sobre todo por parte de las familias de los secuestrados- para aceptarla.

Cuántos prisioneros palestinos hay en Israel y cuán factible es que se produzca un intercambio con rehenes de Hamas como ha ocurrido en el pasadoPero, si en otros momentos los sucesivos gobiernos israelíes han estado dispuestos a liberar a miles de presos a cambio de un solo rehén (o incluso a cambio del cadáver de un soldado israelí), hoy la situación no parece tan clara. Netanyahu ha prometido a las familias que Israel “agotará cada posibilidad para traerlos de vuelta a casa”. Sin embargo, no se ha comprometido, al menos públicamente, a aceptar el intercambio. Hamás secuestró a más de 200 personas el pasado 7 de octubre, cuando sus milicianos entraron en territorio israelí y mataron a unas 1.400 personas, según las autoridades israelíes. La gran mayoría eran civiles, al igual que los rehenes. La cifra de secuestrados ha ido creciendo con el paso de las semanas y se ha ido actualizando a medida que los servicios de inteligencia recogían información y se contaba a los extranjeros que también fueron capturados por Hamás. Según el último recuento de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés), al menos 245 personas fueron tomadas como rehenes, entre ellos 33 niños. Unos 145 son extranjeros o tienen doble nacionalidad, 15 de los cuales son argentinos. Hasta la fecha, Hamás ha liberado a 4 de ellos, todos mujeres, y el ejército israelí ha rescatado a una soldado secuestrada, por lo que en Gaza quedarían al menos 240 cautivos. La sensación entre muchos de los familiares es que la operación terrestre que el ejército israelí ha iniciado de la Franja de Gaza y los fuertes bombardeos aéreos, en los que han muerto ya más de 8.000 palestinos, entre ellos más de 3.000 niños, de acuerdo con el ministerio de Sanidad de la Franja, dificulta el rescate de sus seres queridos. Según Hamás, unos 50 rehenes han fallecido como consecuencia de los bombardeos, aunque no ha proporcionado pruebas de ello. Sí que ha compartido, sin embargo, un video en el que se puede ver a tres de las mujeres secuestradas, que piden su liberación. Netanyahu ha calificado el video de “propaganda cruel”. “Estamos listos para llevar a cabo un intercambio inmediato de prisioneros que incluya todos los presos palestinos de las cárceles israelíes a cambio de los prisioneros cautivos por la resistencia palestina”, ha declarado el líder de Hamás en la Franja de Gaza, Yahia Sinwar, en un comunicado. Pero, ¿cuántos son esos presos y por qué delitos están condenados? En diferentes llamamientos, distintos líderes de Hamás han cifrado en 6.000 el número de prisioneros cuya liberación quieren a cambio de los rehenes. La ONU sitúa esa cifra en unos 5.000, entre ellos 160 niños, según el informe que la Relatora Especial sobre la situación de los derechos humanos en el territorio palestino ocupado desde 1967, Francesca Albanese, presentó el pasado mes de junio. De esos 5.000, unos 1.100 se encuentran detenidos sin cargos o sin haber sido sometidos a juicio. Según el Centro Israelí de Información para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados, B’Tselem, a finales de junio de este año, el Servicio Israelí de Prisiones albergaba a 4.499 palestinos por motivos de “seguridad”, y a otros 850 por estar ilegalmente en Israel. Esta cifra se ha prácticamente duplicado desde el ataque de Hamás el pasado 7 de octubre, según la Comisión Palestina de Asuntos de Detenidos, quien cifró en más de 10.000 los detenidos. En las últimas semanas, según expuso Qadura Fares, presidente del organismo, las fuerzas de seguridad israelíes han arrestado a unos 4.000 trabajadores de Gaza que se encontraban en Israel cuando se inició la guerra, y a los que mantiene en bases militares, y ha detenido a más de un millar de personas en redadas en Cisjordania y Jerusalén este. Hamás ha hecho la propuesta y, por el momento, la principal presión para aceptar el trato viene de un gran número de familias de rehenes, que han pedido encarecidamente al gobierno de Netanyahu que se avenga a liberar a los prisioneros a cambio de sus seres queridos. Los familiares buscan mantener a los rehenes muy presentes en las decisiones del ejército, y han levantado incluso un campamento de protesta frente a la sede del ministerio de Defensa en Tel Aviv, desde donde buscan presionar al gobierno. Un grupo de presión para la liberación de los rehenes, el Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos, se formó apenas 24 horas después del ataque. “En lo que respecta a las familias, un acuerdo en el que devuelvan a nuestros familiares de forma inmediata en el marco de un ‘todos por todos’ es factible, y tendría un amplio apoyo nacional”, dijo Melrav Gonen, uno de los representantes de las familias, y cuya hija Roni está secuestrada por Hamás, citado por AP. No es el único. Ifat Kalderon, que tiene un primo en manos de Hamás, también apoyó el intercambio: “llévenselos, no los necesitamos. Quiero que mi familia y todos los rehenes vuelvan a casa, son ciudadanos, no soldados”, dijo a AFP. No es, sin embargo, una opinión unánime entre todas las familias, que se encuentran divididas sobre qué se debería hacer. Pero esos familiares no están solos. La opción del intercambio ha sido defendida también por el diario progresista “Haaretz”, uno de los principales y más influyentes de Israel, “La tarea más urgente de Israel es traer de vuelta a los israelíes retenidos por Hamás y la Yihad Islámica en la Franja de Gaza. Esto significa solo una cosa: avanzar de inmediato en un intercambio de prisioneros, incluida la voluntad de liberar a los palestinos encarcelados en Israel ”, escribió en un contundente editorial el diario el pasado 11 de octubre. El gobierno y el primer ministro Netanyahu “no debe intentar salvar el maltrecho honor nacional de Israel y el del ejército a costa de bebés, niños, adolescentes, ancianos y padres, o a costa de sus familias en Israel, que se están volviendo locos de preocupación y dolor”, argumentaba “Haaretz”. A favor del intercambio también se ha mostrado públicamente Giora Eiland, general retirado y expresidente del Consejo Nacional de Seguridad Israelí, quien escribió en el diario Yedioth Ahronoth que “Israel haría bien en hacer dos concesiones para asegurar la liberación de todos los rehenes: liberar a todos los 5.000 prisioneros palestinos encarcelados en Israel y posponer temporalmente una operación más agresiva en Gaza”. Esa operación, sin embargo, ya se ha iniciado y, según distintas fuentes, habría paralizado las negociaciones para la liberación de los rehenes. Según dijeron fuentes cataríes a Jeremy Bowen, editor de asuntos internacionales de la BBC, un acuerdo para liberar a los secuestrados estaba a punto de ser finalizado cuando se produjo la invasión terrestre de Gaza. “La postura de Israel es que, aunque haya 240 rehenes, no quieren dar a Hamás ningún tipo de impunidad o recompensa por lo que han hecho”, explicó Bowen, quien aseguró que los portavoces israelíes insisten en que “la fuerza es la única forma de lograr que Hamás libere a los rehenes”. Hasta la fecha, el gobierno israelí ha dicho que “agotará todas las posibilidades” para traer a los rehenes a casa, y Netanyahu dijo que encontrarlos es una “parte integral” de la operación militar que lleva a cabo en Gaza. “Cuanto más presión militar, más potencia de fuego y más ataquemos a Hamás, mayores serán las posibilidades de empujarlos a un lugar donde acepten una solución que permita el retorno de nuestros seres queridos”, ha dicho el ministro de Defensa, Yoav Gallant. Para los que se oponen al intercambio, la liberación de presos, entre ellos milicianos de Hamás y otros grupos que combaten a Israel, supone un peligro para la seguridad del país. La prueba, aseguran, se pudo ver el propio 7 de octubre: Yahia Sinwar, el hoy líder de Hamás en Gaza, al que Israel acusa de organizar el ataque, fue uno de los presos liberados en 2011 en otro intercambio de prisioneros a cambio del soldado israelí Gilad Shalit. “El acuerdo de Shalit expuso una vulnerabilidad en la postura de seguridad de Israel, al liberar a 1.000 terroristas a cambio de un soldado israelí. Esta experiencia puso de relieve los que se percibió como una falta de proporcionalidad en este tipo de intercambios”, dijo uno de los miembros del equipo israelí que trabaja en la liberación de los 240 rehenes al diario “The Times”. Aceptar un intercambio, argumentan los que están en contra, alimenta la idea de que capturar rehenes es una estrategia eficaz para presionar a Israel. El caso más reciente y significativo es el del soldado Gilad Shalit, de 19 años, que fue secuestrado en 2006 en una incursión de milicianos de Hamás. El militar fue llevado a Gaza, donde lo tuvieron escondido y prácticamente incomunicado durante cinco años. Tras años de negociaciones mediadas por Egipto, Shalit fue entregado a Israel a cambio de la liberación de 1.027 presos palestinos. La campaña de concienciación que llevaron a cabo los padres de Shalit, que no quisieron que su hijo fuera olvidado, tuvo un gran peso en la opinión pública israelí. El de Shalit, sin embargo, no es el único caso. En 1983, Israel intercambió a seis prisioneros israelíes retenidos por la Organización para la Liberación Palestina (OLP) por 4.700 palestinos y libaneses apresados en la guerra de Líbano de 1982, aunque solo 100 de ellos eran considerados como “presos de seguridad”. Dos años más tarde, en 1985, en el conocido como Acuerdo de Jibril, el gobierno isralí liberó a 1.150 prisioneros, entre ellos el jeque Ahmed Yasín, guía espiritual de Hamás y varios condenados por cometer matanzas a cambio de tres soldados israelíes que habían sido hechos prisioneros en la guerra de Líbano. En 2004, a cambio de un prisionero civil y los cuerpos de tres soldados de las IDF, Israel liberó a 400 presos palestinos y otros 30 libaneses.