Cuando el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se reúna este viernes por primera vez con el nuevo mandatario de Irán, Masoud Pezeshkian, habrá un tema ineludible en su agenda: la crisis en Medio Oriente y la posibilidad de una guerra entre Irán e Israel.
La confrontación actual entre Israel y los aliados de Irán, iniciada con el sorpresivo y sangriento ataque lanzado por el grupo palestino Hamás el 7 de octubre de 2023, ya afecta de lleno Líbano -donde Israel combate a la milicia chiita Hezbolá- y amenaza con llegar hasta Irán, luego que ese país disparó centenares de misiles contra Israel el pasado 1 de octubre.
La posibilidad de una guerra abierta entre Irán e Israel causa preocupación en la comunidad internacional, tanto por los daños humanos y materiales que puede generar como por sus posibles efectos en la economía mundial, pues se teme que Israel ataque las instalaciones petroleras de Irán o que Teherán interrumpa el flujo de barcos petroleros por el estrecho de Ormuz, por dónde circula diariamente más del 20% del petróleo que se consume en el planeta.
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