Lo que la medicina occidental puede aprender de las civilizaciones prehispánicas para tratar las enfermedades mentales
En una cueva enclavada en la inmensidad rocosa de los Andes en el suroeste de Bolivia, entre escombros y estiércol de llamas, los antropólogos descubrieron en 2008 una pequeña bolsa de cuero que había pertenecido a un chamán de la civilización Tiwanaku, un imperio precolombino de hace más de 1.000 años.
En el interior de la bolsa los investigadores encontraron una antigua parafernalia relacionada con drogas, la cual incluía un tubo para inhalar, espátulas para triturar las semillas de plantas psicoactivas y restos de sustancias químicas que iban desde la cocaína hasta la psilocina, uno de los alucinógenos activos de los hongos mágicos, y los ingredientes básicos del té psicoactivo ayahuasca.
Los expertos creen que el hallazgo representa una ventana única para explorar la relación entre las civilizaciones antiguas y las potentes drogas alucinógenas. Las sustancias encontradas también despiertan un interés creciente entre los investigadores médicos.