- Un día llegaron los jugadores del Leeds de Inglaterra a entrenar y, en lugar de pelotas, el entrenador Marcelo Bielsa les dio bolsas de basura. Su ejercicio del día sería levantar residuos en los alrededores y dentro del complejo de entrenamiento. Los jugadores se miraban incrédulos, miraban a Bielsa y a sus asistentes. Hasta que comprobaron que la orden era en serio, no era una broma.
Después de aproximadamente una hora de trabajo, los futbolistas regresaron con las bolsas llenas con unos 13 kg de residuos, los volvió a juntar y decidió darles una lección. Les dijo que lo que habían hecho no era ni más ni menos que lo que hacía mucha gente con el fin de poder pagar una entrada para verlos el domingo en su estadio.
Hicieron un cálculo rápido entre las horas que debe trabajar un empleado para poder pagar la entrada de cada partido y era más o menos lo que habían destinado a juntar la basura. “Así que le debíamos un respeto a esa gente y por eso teníamos que dar el máximo en el terreno de juego por aquellos que nos apoyan y nos animan, porque a ellos les cuesta mucho esfuerzo de su bolsillo ir a vernos”. La anécdota la contó el futbolista español Pablo Hernández, quien jugó bajo su mando en el Leeds y su extraductor, Salim Lamrani, en el libro “Marcelo Bielsa: The Foundation of Success at Leeds United”.