Guerra en Ucrania: 5 claves para entender qué está pasando dos años después del inicio de la invasión rusa
Dos años después del inicio de la guerra en Ucrania, no hay razones para creer que el conflicto terminará pronto. Ni Ucrania ni Rusia, ni los aliados clave de ambos lados, ven motivos para un acuerdo de paz. Kyiv insiste en que se deben restaurar sus fronteras reconocidas internacionalmente y que expulsará a las tropas rusas, mientras que la posición de Moscú sigue siendo que Ucrania no es un país y las fuerzas rusas seguirán presionando hasta que se logren sus objetivos.
A continuación miramos que está sucediendo actualmente y hacia dónde podría dirigirse este conflicto en el futuro. Durante el invierno se han registrado feroces combates que han costado muchas vidas a ambos bandos. La línea del frente se extiende a lo largo de 1.000 kilómetros y su forma ha cambiado poco desde el otoño de 2022. A los pocos meses de la invasión a gran escala de hace dos años, Ucrania había hecho retroceder a las fuerzas rusas desde el norte y alrededor de la capital, Kyiv. Ese mismo año retomó grandes extensiones de territorio en el este y el sur. Pero ahora, las fuerzas rusas están atrincheradas con poderosas fortificaciones y los ucranianos dicen que sus municiones se están agotando. Muchos ven un escenario de estancamiento militar, incluidos tanto el recientemente destituido comandante en jefe militar ucraniano Valerii Zaluzhnyi como varios blogueros militares rusos partidarios del Kremlin. A mediados de febrero, las tropas ucranianas se retiraron de la ciudad de Avdiivka, en el este, por la que habían luchado durante mucho tiempo. Las fuerzas rusas lo celebraron como una gran victoria, ya que Avdiivka está estratégicamente ubicada y potencialmente puede abrir rutas a una invasión más profunda. Kyiv dijo que la retirada tenía como objetivo preservar la vida de sus soldados y no ocultó que sus fuerzas estaban superadas en número y armamento. Ese fue el mayor avance de Rusia desde que capturó a Bajmut en mayo pasado. Pero Avdiivka está a sólo 20 kilómetros al noroeste de Donetsk, la ciudad ucraniana ocupada por Rusia desde 2014. Un avance tan pequeño está lejos de la ambición inicial de Rusia de febrero de 2022 de tomar Kyiv "en tres días", la cual fue compartida por blogueros militares y repetida por la propaganda estatal. Actualmente, alrededor del 18% del territorio ucraniano permanece bajo ocupación rusa, incluida la península de Crimea anexada en 2014, y gran parte de las regiones de Donetsk y Luhansk en el este que Rusia capturó poco después. En los últimos dos años, los aliados de Ucrania le han enviado enormes cantidades de ayuda militar, financiera y humanitaria: casi US$92.000 millones de instituciones de la Unión Europea y US$73.000 millones de Estados Unidos hasta enero de 2024, según el Instituto Kiel para la Economía Mundial. Los tanques, las defensas aéreas y la artillería de largo alcance suministrados por Occidente han ayudado sustancialmente a Ucrania. Pero el flujo de ayuda ha disminuido en los últimos meses, en medio del debate sobre cuánto tiempo los aliados pueden apoyar de manera realista a Ucrania. En Estados Unidos, un nuevo paquete de US$60.000 millones está estancado en el Congreso, atrapado en disputas políticas internas. Y entre los partidarios de Ucrania existe la preocupación de que el apoyo de Estados Unidos se acabe si Donald Trump regresa a la Casa Blanca en las elecciones presidenciales de noviembre. En la UE en febrero se aprobó un paquete de ayuda de US$54.000 millones después de muchas discusiones y negociaciones, especialmente con Hungría, cuyo primer ministro, Victor Orban, es un aliado de Putin que se opone abiertamente a apoyar a Ucrania. Además, la UE está en camino de entregar solo alrededor de la mitad del millón de proyectiles de artillería que pretendía proporcionar a Kyiv para finales de marzo de 2024. Entre los partidarios de Rusia se encuentra la vecina Bielorrusia, cuyo territorio y espacio aéreo han sido utilizados para acceder a Ucrania. Irán ha estado suministrando a Rusia drones Shahed, dicen Estados Unidos y la UE, aunque Irán sólo admite haber suministrado a Rusia una pequeña cantidad de drones antes de la guerra. Los vehículos aéreos no tripulados (VANT) han demostrado ser eficaces para alcanzar objetivos en Ucrania, en una guerra en la que hay una demanda de drones de ambos bandos debido a su capacidad para evadir las defensas aéreas. Las sanciones no han funcionado tan bien como esperaban los países occidentales y Rusia ha podido seguir vendiendo su petróleo y obteniendo piezas y componentes para su industria militar. No se cree que China esté proporcionando armas a ninguna de las partes. En general, ha seguido una línea diplomática cuidadosa en torno a esta guerra, sin condenar la invasión rusa pero tampoco apoyando militarmente a Moscú, aunque tanto Pekín como India han seguido comprando petróleo ruso. Tanto Rusia como Ucrania también han hecho grandes esfuerzos para cortejar a los países en desarrollo, con numerosas visitas diplomáticas a África y América Latina. Muchos creen que el presidente ruso Vladimir Putin todavía quiere toda Ucrania. En su reciente entrevista con el presentador estadounidense Tucker Carlson, el presidente ruso expuso una vez más su visión distorsionada de la historia y el conflicto. Durante mucho tiempo ha sostenido, sin ofrecer pruebas sólidas, que los civiles en Ucrania, especialmente en la región oriental del Dombás, necesitan protección rusa. Antes de la guerra, escribió un largo ensayo en el que negaba la existencia de Ucrania como Estado soberano y decía que rusos y ucranianos eran "un solo pueblo". En diciembre de 2023, dijo que sus objetivos para lo que Rusia llama su "operación militar especial" no habían cambiado, incluida la "desnazificación" de Ucrania, que se basa en afirmaciones infundadas sobre la influencia de la extrema derecha en ese país. También dice que quiere una "desmilitarización" y una Ucrania "neutral", y continúa criticando la expansión de la influencia de la OTAN hacia el este. Como Estado independiente, Ucrania nunca perteneció a ninguna alianza militar. Sus objetivos políticos incluían unirse a la Unión Europea y estaba en conversaciones para lograr una alianza más estrecha con la OTAN, lo cual ahora parece más cercano que al comienzo de la guerra. Estos objetivos buscaban fortalecer la condición de Estado de Ucrania y protegerla de ser arrastrada a cualquier proyecto geopolítico para restaurar la Unión Soviética de alguna forma. Dado que no parece probable que ninguna de las partes se rinda y Putin se muestra decidido a permanecer en el poder, las predicciones de los analistas tienden a asumir una guerra prolongada. El grupo de expertos en seguridad global Globsec recogió las opiniones de decenas de expertos para evaluar la probabilidad de diferentes resultados. Su escenario más probable era una guerra de desgaste que se prolongaría más allá de 2025, con numerosas bajas en ambos bandos y Ucrania todavía dependiendo del suministro de armas de sus aliados. El segundo escenario incluía posibles escaladas de conflictos en otras partes del mundo, como Medio Oriente, China-Taiwán y los Balcanes, con Rusia tratando de aumentar las tensiones. Otros dos escenarios potenciales, ambos considerados igualmente probables, eran que Ucrania lograra algunos avances militares pero no se alcanzara un acuerdo para poner fin a la guerra, o que el apoyo de los aliados de Ucrania disminuyera y la presionaran para alcanzar un acuerdo negociado. Sin embargo, persiste la incertidumbre tanto por el impacto potencial de las elecciones presidenciales estadounidenses como por cómo otras guerras, especialmente el conflicto entre Israel y Hamas, afectarán las prioridades y lealtades de Ucrania y de los partidarios de Rusia. A mediados de febrero, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, advirtió que mantener a Ucrania en un "déficit artificial" de armas ayudaría a Rusia. Dijo en una conferencia de seguridad internacional en Múnich que Putin haría que los próximos años fueran "catastróficos" para muchos más países si el mundo occidental no le hacía frente. El grupo de expertos del Royal United Services Institute (Rusi) dice que Rusia ha hecho una transición exitosa de su economía y su industria de defensa a una producción militar a mayor escala y se está preparando para una guerra larga. Afirman que Europa no está manteniendo el ritmo, una preocupación que también planteó el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia. Los países europeos -incluidos en las advertencias del Ministro de Asuntos Exteriores de Alemania y los servicios de inteligencia de Estonia- expresaron recientemente temores de que Rusia pueda atacar a un país de la OTAN en la próxima década. Esto ha empujado a la OTAN y a la UE a intensificar su futura planificación, tanto en términos de capacidades militares como de preparación de las sociedades para vivir en un mundo muy diferente. 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