Gaza Isaac Herzog, presidente de Israel: “El 7 de octubre fue una llamada de atención La realidad destrozó nuestras creencias”
El presidente de Israel, Isaac Herzog, defendió las operaciones del ejército de su país en la Franja de Gaza en una entrevista con la corresponsal internacional de la BBC, Lyse Doucet. Herzog insistió en que Israel se está "enfocando mucho” en reducir las víctimas civiles en el conflicto. Preguntado sobre el dato de la ONU de que casi el 70% de los más de 8.000 fallecidos en Gaza son mujeres y niños, respondió que nadie quiere que sean ellos quienes paguen el precio de la guerra.
Alegó que Israel estaba luchando contra "un enemigo implacable que llevó a cabo atrocidades espantosas". El pasado 7 de octubre Hamás lanzó un ataque sin precedentes en el sur de Israel, en el que mató a alrededor de 1.400 personas y tomó más de 230 rehenes. Herzog afirmó que su país está obligado a destruir la infraestructura de Hamás. Acusó a esta organización islamista -designada como terrorista por el Reino Unido y muchos otros gobiernos occidentales- de disparar cohetes desde el interior de edificios residenciales. Israel ha atacado, aseguró, cuando ha observado a " terroristas que intentaban agredirnos o lanzar cosas contra nosotros". Los vecinos árabes de Israel, entre ellos países con los que firmó tratados de paz, advirtieron que el aumento de las víctimas civiles en Gaza empujaría a la región a un conflicto mucho más amplio. "Los escuchamos y respetamos", afirmó, pero matizó que " lo primero es cuidar de nuestros ciudadanos ". Preguntado sobre las constantes peticiones del aliado más cercano de Israel, Estados Unidos, de que actúe con moderación, respondió que el país está actuando de forma comedida y que eso es algo que "no se puede medir en números". El presidente israelí agregó que Israel está en contacto diario con EE.UU., Reino Unido y otros aliados occidentales para enviar más ayuda humanitaria a Gaza. Estados Unidos anunció que pronto se permitirá la entrada de 100 camiones diarios al sur de la Franja a través del cruce de Rafah con Egipto. La ONU, por su parte, denunció que está llegando muy poca ayuda a Gaza en medio de la "catástrofe humanitaria" que sufren sus habitantes. Herzog negó los informes de que Israel todavía bombardea el sur de Gaza, a donde según la ONU huyeron más de un millón de palestinos después de que el gobierno israelí les advirtiera repetidamente que abandonaran la parte norte del enclave. El comisionado general de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA), Philippe Lazzarini, anunció que "ningún lugar es seguro en Gaza". "Sinceramente, la zona designada en el sur es un área segura", afirmó Herzog, que negó informes de la ONU sobre ataques incluso a sus instalaciones allí. "Operamos según las reglas del derecho internacional al pedir a las personas que salieran hacia la zona segura, les dimos alertas y las ayudamos a desplazarse ", aseguró. Cuando se le preguntó sobre los ataques aéreos israelíes en las cercanías de los hospitales de Gaza, el presidente hizo hincapié en que los hospitales en sí no son atacados. Sobre los más de 200 rehenes de numerosas nacionalidades retenidos por Hamás, Herzog aseveró que la principal prioridad para Israel, así como para la comunidad internacional, era llevarlos de vuelta a casa. Indicó, sin embargo, que Israel todavía no ha visto una propuesta real que valga la pena considerar en las intensas negociaciones con mediación de Qatar. Diplomáticos con acceso a información sobre las negociaciones declararon a la BBC la semana pasada que estas habían avanzado hasta que Israel expandió sus operaciones terrestres. Herzog describió sus reuniones con las familias de los rehenes como "los encuentros más difíciles que he tenido en mi vida". Y habló del profundo trauma de Israel. "Mi nación está en una gran agonía; el pueblo de Israel está en un profundo dolor que no tiene precedentes, estamos de luto. Somos una nación diferente en muchos aspectos, al menos en este momento", indicó. Esto también está afectando la forma en que los israelíes ven el futuro, afirmó. Y aseguró que "en este momento, en Israel es muy fuerte el debate psicológico y emocional sobre cómo seguir adelante". "El 7 de octubre fue para Israel una llamada de atención. La realidad destrozó nuestras creencias. Al ver aquellas atrocidades nos preguntamos, ¿podemos confiar en alguien?", sentenció.