Chris Christie, exgobernador de Nueva Jersey, se lanza por la candidatura republicana para 2024
El exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie se postuló este martes a la candidatura presidencial por el Partido Republicano para las elecciones de 2024, en lo que representa su segundo intento por llegar a la Casa Blanca y un nuevo enfrentamiento con el expresidente Donald Trump, favorito del partido y exaliado de Christie.
El anuncio de este martes ocurre al día siguiente de que Chris Sununu, republicano moderado y gobernador de Nueva Hampshire, decidiera no aspirar a la candidatura, y menos de 24 horas después de que el exvicepresidente Mike Pence ingresara oficialmente a la contienda. Al igual que en 2016, Christie buscará atraer a los republicanos más tradicionalmente conservadores y favorables al "establishment", mientras espera poder emerger como un contraste tanto de Trump como del gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien ha tenido un proceso rápido de crecimiento.
Además de Trump y DeSantis, otros ya han anunciado que competirán por la candidatura republicana. Entre ellos, la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley, el exgobernador de Arkansas Asa Hutchinson y el senador de Carolina del Sur Tim Scott. Se espera que Pence, quien ya presentó los documentos para entrar en la contienda, y el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, se unan a la lista este miércoles.
Como CNN informó anteriormente, Christie cree que está mejor posicionado para enfrentarse a Trump en las primarias y, al mismo tiempo, atraer a los independientes en un posible pulso en las elecciones generales con el presidente Joe Biden. El exgobernador comienza su aspiración con el apoyo de una nueva comisión de acción política llamada “Cuéntalo como es” y formada por aliados que anticiparon su campaña.
El coqueteo de Christie con la política presidencial comenzó en 2011, cuando consideró presentarse a las primarias para enfrentarse al entonces presidente Barack Obama un año después. Dio marcha atrás y vio cómo su prestigio decaía entre los republicanos de cara a 2016. Su campaña de 2016 fue efímera y lo más memorable fue la burla de Christie al senador de Florida Marco Rubio en un debate en febrero.
Ambos se retiraron eventualmente —Christie después de terminar sexto en las primarias de Nueva Hampshire—, y respaldaron a Trump.
Pero Christie fue un paso más allá.
Dirigió el equipo de transición de Trump, aunque su trabajo finalmente fue desechado y el propio Christie quedó marginado días después de las elecciones, y luego se convirtió en un asesor cercano del expresidente. Fue planteado como un candidato potencial para una serie de puestos administrativos, aunque ninguno se materializó. Incluso participó en debates simulados con Trump en 2020. (Christie dijo que cree que contrajo covid-19 de Trump, quien no reveló un resultado positivo de la prueba, durante una de esas sesiones).
Tras la derrota de Trump y el posterior intento de anular las elecciones de 2020, Christie se volvió contra él y trató de establecerse como uno de los principales críticos republicanos de Trump.
“Seguimos perdiendo y perdiendo y perdiendo”, dijo Christie en la conferencia anual de liderazgo de la Coalición Judía Republicana a fines del año pasado. “La razón por la que estamos perdiendo es porque Donald Trump se pone a sí mismo antes que los demás”.
También dijo que Trump “incitó” la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de EE.UU. “en un esfuerzo por intimidar a Mike Pence y al Congreso para que hicieran exactamente lo que había dicho en sus propias palabras la semana anterior: anular las elecciones”.
En una entrevista con Axios este año, prometió no volver a apoyar a Trump nunca más.
“No puedo ayudarlo”, dijo Christie. "De ninguna manera", añadió.
Christie fue elegido gobernador de Nueva Jersey por primera vez en 2009, desbancando al demócrata Jon Corzine. Fue fiscal federal de Nueva Jersey entre 2002 y 2008, periodo en el que procesó con éxito al padre del yerno y exayudante de Trump, Jared Kushner, por evasión fiscal criminal y cargos de manipulación de testigos.
El propio Christie se vio envuelto en el escándalo “Bridgegate” durante su segundo mandato como gobernador. Correos electrónicos y mensajes de texto de los principales asesores mostraron que los cierres de carriles del puente George Washington en septiembre de 2013 —que provocaron atascos de tráfico masivos— se debieron a una venganza política después de que el alcalde demócrata de la ciudad se negara a respaldar la reelección a gobernador de Christie.
Una investigación federal determinó que Christie no tenía conocimiento de la decisión de cerrar los carriles, pero el escándalo siguió persiguiendo al exgobernador.
Fredreka Schouten contribuyó a este despacho.