Alaska Airlines: 5 incógnitas que deja el caso del avión que perdió parte del fuselaje en pleno vuelo
El vuelo 1282 de Alaska Airlines realizaba un viaje de rutina desde Portland en Oregon a Ontario en California, Estados Unidos, cuando a los pocos minutos de despegar una puerta sin uso de una cabina se desprendió del avión. La parte que cayó del cielo era una pieza de 27 kg, conocida como tapón de puerta, que era utilizada para rellenar una salida de emergencia que estaba incorporada al avión pero que Alaska Airlines no usaba. La cabina se despresurizó bruscamente provocando una ráfaga de aire que arrancó los audífonos de la tripulación y lanzó por el aire teléfonos y otros objetos personales.
El suceso generó alarma y perplejidad, llevando a las autoridades aeronáuticas estadounidenses a tomar medidas preventivas -como la inmovilización de centenares de aeronaves similares- mientras se aclaran las causas de lo ocurrido. Mundo Noticias aborda 5 incógnitas relevantes sobre este tema. El avión siniestrado había sido entregado a Alaska Airlines el 31 de octubre de 2023 y sólo habría realizado unos 100 vuelos al mes. Es poco probable que el desgaste normal o las fallas de mantenimiento hayan sido algunos de los factores que afectaron a un avión tan nuevo. La Junta Nacional de Seguridad en Transporte (NTSF, por sus siglas en inglés) que investiga el accidente dijo que no sospecha que se trate de una falla de diseño. De hecho, este tipo de puerta se ha utilizado en los Boeing 737 desde 2006 y no ha sufrido ningún problema grave. Esto significa que la atención estará puesta en si la puerta estaba en buenas condiciones y si estaba atornillada de manera correcta. La puerta fue fabricada por Spirit AeroSystems -proveedor de Boeing- que ya ha sido criticado por graves fallas en el control de calidad. La propia Boeing había sido acusada en el pasado de tener a sus fábricas en condiciones caóticas y de recortar gastos en la cadena de producción. Boeing insiste en que la seguridad es su principal prioridad. El hecho de haber encontrado la puerta que se desprendió proporcionará las pistas necesarias a los investigadores para saber qué falló y por qué. El modelo Boeing 737 Max 9 ha sido encargado por muchas compañías aéreas diferentes. La forma de utilizar esos aviones no siempre es la misma, existen modelos con distinta cantidad de asientos. El número de salidas de emergencia depende de la cantidad de asientos. Con una cabina menos abarrotada de pasajeros, el avión puede funcionar con cuatro puertas principales y otras cuatro salidas más pequeñas a la altura de las alas. Pero si se configura con el número máximo de asientos, se necesitan otras dos salidas a medio camino entre las alas y la cola del avión. En los hechos, Boeing construye todos sus Max 9 con estas puertas adicionales que si no son necesarias se instala una puerta no operativa o un "tapón" que queda oculta detrás del revestimiento interior. En la cabina de vuelo del avión se encendió una luz que se conoce como luz de "falla de presurización automática". Esta se enciende cuando la presión de la cabina, que normalmente se regula automáticamente, cambia de forma inusualmente rápida. La tripulación puede responder ajustando manualmente la presión de la cabina o, si le resulta preocupante, iniciando el descenso a una altitud inferior. Sin embargo, estos avisos también pueden aparecer debido a fallos menores. En el caso del avión de Alaska Airlines, la luz se había encendido en varios vuelos en un corto periodo. El problema había sido comunicado al personal de mantenimiento, cuya respuesta habría estado dictada por el manual de mantenimiento del avión, un documento redactado por Boeing, pero firmado por los reguladores. En el momento, se impusieron restricciones sobre dónde volar y, según la NTSB, se habían ordenado investigaciones adicionales, pero aún no se habían llevado a cabo cuando se produjo el fallo. Inmediatamente después del accidente -éste es el término utilizado por la NTSB- del viernes pasado Alaska Airlines suspendió el despegue de su flota de 65 aviones 737 Max 9. El sábado, la compañía autorizó la vuelta al servicio de 18 aviones de ellos. Esos aviones habían sido sometidos recientemente a revisiones, incluidas inspecciones de los tapones de las puertas, y no se había encontrado ningún problema. Pero cuando la Administración Federal de Aviación emitió una orden de aeronavegabilidad que prohibía volar a los aviones afectados hasta que se sometieran a controles específicos, la compañía no tuvo más remedio que volver a dejar en tierra también a esos 18 aviones que consideraba seguros. La NTSB está llevando adelante una investigación sobre el accidente. Para ello será revisado el avión, la puerta que se desprendió de la aeronave, los datos registrados del vuelo y los registros de mantenimiento. Además, entrevistarán a la tripulación de vuelo, al personal de mantenimiento y a empleados de Boeing y Spirit AeroSystems. El objetivo de la investigación es averiguar qué falló y por qué. No se pretende culpar a nadie. Sin embargo, Boeing está en una posición complicada. El 737 Max es su avión más vendido, uno de los favoritos de las compañías aéreas por sus bajos costos de funcionamiento y el bajo consumo de combustible. Pero su historial de seguridad ya se ha visto empañado como consecuencia de dos accidentes ocurridos a finales de 2018 y principios de 2019, en los que murieron 346 personas. Boeing insiste en que hoy es una empresa diferente. En un mensaje al personal, el director ejecutivo Dave Calhoun dijo que "cuando ocurren accidentes graves como este, es fundamental que trabajemos de manera transparente con nuestros clientes y reguladores para comprender y abordar las causas del evento y para garantizar que no vuelvan a ocurrir." Haz clic para leer más historias de Mundo Noticias. Recuerda que puedes recibir notificaciones de Mundo Noticias. Descarga la última versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.