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Vitalik propone "grupos privados" para convivir con la vigilancia en las blockchains

Vitalik propone
En un artículo de investigación difundido este 6 de septiembre, el cofundador de la red Ethereum, Vitalik Buterin deja entender que la privacidad financiera y la regulación sobre la industria de las blockchains sí pueden coexistir, siempre que se implementen los «grupos de privacidad» o privacy pools.
El documento f ue escrito en coautoría con uno de los primeros contribuyentes del protocolo de privacidad Tornado Cash, Ameen Soleimani; el investigador de Chainalysis Jacob Illum y los académicos Fabian Schar y Matthias Nadler, de la Universidad de Basilea.
En el escrito los investigadores analizaron el concepto de grupos de privacidad como método para anonimizar las transacciones de los usuarios de criptomonedas, y al mismo demostrar que sus fondos no provienen de actividades ilícitas.
En sí, se trata de un “protocolo de mejora de la privacidad basado en contratos inteligentes” utilizando pruebas de conocimiento cero, o pruebas zk (ZK Proof). Parte del mismo concepto del protocolo Tornado Cash, es decir, permitir que las personas oculten el origen o destino de sus criptomonedas y tokens en la red Ethereum, pero con un enfoque más matizado. Esto debido a que permite que los usuarios de criptomonedas puedan validar abiertamente que su retiro proviene o no de un conjunto particular de depósitos, separando a quienes son respetuosos de la ley y a quienes no. Quiere decir que para permanecer fuera de sospecha y mantener una buena reputación, un determinado grupo de usuarios puede optar por excluir a otros de su grupo porque arrastran un historial de transacciones dudoso. De tal manera que mediante las pruebas de conocimiento cero, los grupos de privacidad confirman que sus fondos no tienen vínculos con fuentes ilícitas, y lo hacen, sin revelar demasiados detalles, según lo expuesto en el artículo. Buterin, además pretende demostrar que su propuesta es compatible con las regulaciones que existen en diversas partes del mundo, porque «el protocolo de mejora de la privacidad permite que sus usuarios demuestren ciertas propiedades con respecto al origen de sus fondos», como se apunta en el documento. La investigación de Buterin y su equipo surge en un momento en el que aumentan las preocupaciones por la privacidad en el ecosistema de las criptomonedas. En la actualidad, los gobiernos y sus aliados están incrementando la vigilancia sobre las blockchains. Se dice que la regulación a la industria debe incluir la regla de viaje y el KYC o conoce a tu cliente, para identificar a los criminales. Sin embargo, poco se informa sobre el hecho de que los usuarios son seguidos y espiados para descubrir sus datos privados y, por ende, su verdadera identidad. Los gobiernos y las empresas de rastreo de blockchains parten del principio de que todos deben ser vigilados, pese a que eso vaya en detrimento de la privacidad. Por ello, desde hace mucho tiempo se cree que la privacidad y la regulación son fuerzas antagónicas en el mundo de las criptomonedas. De hecho, los protocolos de privacidad como Tornado Cash han sido señalados por autoridades gubernamentales de servir a los ciberdelincuentes. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos colocó esta herramienta en una lista de sancionados, que incluye a 44 contratos inteligentes relacionados entre sí. Y, por si fuera poco, su desarrollador Alexey Pertsev fue arrestado el año pasado como sospechoso de “ocultar flujos financieros criminales y facilitar el lavado de dinero”. En medio de ello, el uso de Tornado Cash fue prohibido y tipificado como delito. Se debe a que la herramienta impide que un observador rastree la procedencia de los fondos de los usuarios de criptomonedas. Lo hace por medio de un contrato inteligente que utiliza prueba de conocimiento cero o zk-SNARK, por lo que queda poco claro por qué la propuesta de Buterin y su equipo sí sería más amigable con la regulación o la vigilancia en el sector de las criptomonedas.