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Tendencias: El Salvador es punta de lanza para los que apoyan y los que rechazan a Bitcoin

Tendencias: El Salvador es punta de lanza para los que apoyan y los que rechazan a Bitcoin
El Salvador es, hasta ahora, el único país del mundo que ha declarado de curso legal a una moneda digital como bitcoin, una medida que entró en vigor el 7 de septiembre de 2021, hace exactamente 2 años. 
La decisión del presidente Nayib Bukele ha sido blanco de muchas críticas, pero también de mucho respaldo.  
Se trata de dos tendencias contrapuestas que han derivado en una serie de reacciones importantes con repercusiones que se sienten a nivel global, bien sea con reacciones a favor de la estrategia salvadoreña o en contra. La pugna entre los dos bandos ha extrapolado al pequeño país la lucha entre el sistema tradicional y ecosistema de Bitcoin. 
Por un lado, están los que ven el movimiento como acertado. «El presidente Bukele comprendió lo que significa Bitcoin», ha dicho Samson Mow, CEO de JAN3 y una de las figuras que impulsó la adopción de BTC en El Salvador. «Los que estudiamos Bitcoin por mucho tiempo vemos lo que hizo como algo muy lógico», agregó.  Mow considera que Bitcoin debe ser parte esencial de las políticas de Estado porque es dinero «duro y escaso», altamente demandado. «En el futuro cercano, los países que no acumulen Bitcoin, o que lo acumulen muy tarde a un precio elevado, serán vistos como irresponsables», expresa. Esto es así porque los Estados necesitan dinero para operar, y es difícil encontrar nuevas fuentes de ingresos. Por eso piensa que el plan de Bukele es acertado y visionario. Se trata de una visión compartida por la gran cantidad de empresas y personas que van al país centroamericano para apoyar la construcción de una nación bitcoiner, amparándose en la apuesta de Bukele. Ya son miles los extranjeros que visitan y se alojan en estas tierras para vivir una nueva experiencia en el ahora llamado «país del bitcoin».  Hemos visto emerger todo un contingente que da impulso a emprendimientos basados en Bitcoin. Desde El Salvador opera y crece una fuerte comunidad que inspira a muchos en otras partes del mundo.    La tendencia lleva a replicar lo que allí se hace. Se multiplican comunidades donde solo se usa BTC siguiendo el modelo de El Zonte, un poblado de la costa donde funciona la primera ciudadela: Bitcoin Beach. También se duplican globalmente los programas educativos ‘ made in El Salvador’ que enseñan sobre la creación de Satoshi Nakamoto.  Hablamos de un movimiento activo aunque poco entendido, particularmente por las instituciones financieras tradicionales que se erigen como las principales opositoras a Bukele y a bitcoin. Tenemos ahí la otra tendencia, con opiniones contrarias, aquellas que sostienen que la estrategia es riesgosa porque bitcoin no es respaldado por ningún gobierno, ni ningún banco central.   Algunas de las críticas se centran en cálculos que indican que El Salvador ha perdido 37% del valor de sus inversiones en bitcoin, equivalente a 45 millones de dólares. Esto, por la caída del precio del activo digital desde 2021. Se estima que el país tiene USD 76,5 millones en BTC.    El cuestionamiento, que se sustenta en la volatilidad de bitcoin a corto plazo, es harto repetido en informes financieros de bancos centrales de todo el mundo y desmerita la capacidad de revalorización de bitcoin a largo plazo. A esto se suma que se trata de pérdidas no realizadas, pues solo se pueden ver si se venden los bitcoins. A nivel mundial hay un grupo de élites que se oponen a Bitcoin y por eso tienen el ojo puesto en El Salvador. Organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y autoridades de Estados Unidos insisten en tratar de que Bukele se eche para atrás. Sus argumentos son un eco que muchos grandes medios y hasta gobiernos repiten. Las presiones ejercidas desde estas instancias dieron resultado en la República Centroafricana, donde el gobierno se vio obligado a revertir su decisión de dar a BTC el rango de moneda de curso legal.   Vemos así cómo las dos tendencias se confrontan constantemente, como claros y oscuros, en medios de comunicación de El Salvador y de todo el mundo.  Se comenta la poca adopción de BTC en el país. Encuestas que resaltan el poco interés de la población van y vienen. Pero no se dice mucho sobre lo que ocurre en las ciudadelas.  Los claroscuros de la adopción también se ven al hablar de remesas. Publicaciones mensuales dan cuenta de una baja en el envío de remesas en BTC, en un país donde el envío de recursos desde el extranjero es fundamental para el sustento de muchas familias desde hace años.   Lo que muchos medios no señalan es que el banco central solo reporta las transacciones realizadas a través de la cartera Chivo Wallet, lanzada por el gobierno para promover el uso de bitcoin y cuestionada por su mal funcionamiento. Hasta ahora, no hay estadísticas de las transacciones que se hacen con otras carteras.  Las críticas tampoco toman en cuenta que antes de que se aprobara la Ley Bitcoin el porcentaje de envíos de remesas en criptomonedas era casi nulo.   Por ello, John Dennehy, fundador del proyecto salvadoreño Mi Primer Bitcoin, mencionó números oficiales que apuntan a que más del 23% de los salvadoreños cree que bitcoin sí ha ayudado y califica como «todo un logro» el que ahora se contabilice un promedio de 1,3% de envíos de remesas en criptomonedas. La firma Ark Invest publicó un reporte en el que asegura que la adopción de bitcoin en Argentina sobrepasa la de El Salvador. El análisis se presentó como muestra de que los salvadoreños «prefieren la estabilidad del dólar» a la volatilidad de bitcoin.    «Algo que tiene mucho sentido», según declaró Mónica Taher, exdirectora de Asuntos Tecnológicos Internacionales para la Secretaría de la Presidencia de El Salvador, resaltando la diferencia en el tamaño de ambos países.   «En Argentina creció un racimo de empresas de tecnología desde hace por lo menos dos décadas que hoy son referencia en la industria», explica la empresaria. Hizo la aclaratoria, aprovechando para recordar que ahora muchas de esas empresas quieren ir a El Salvador.  Es que son dos formas de adopción distintas. Argentina vive una aguda crisis económica y está envuelta en una agobiante inflación que lleva a la gente a buscar alternativas en las criptomonedas.   No sucede lo mismo en El Salvador, donde Alk Invest reconoce una adopción «mixta». El concepto se explica al observar la diferencia entre lo que vive la gente en Bitcoin Beach, pionera en el despliegue de BTC como medio de pago, y otros poblados donde las personas no le prestan atención a bitcoin.   Los claros y oscuros sobre la adopción son muchos y se repiten dentro del pequeño país. Hay gente protestando en algún lado porque desmalezan un terreno para construir un aeropuerto y crear una Bitcoin City; mientras en otro sitio hay niños y jóvenes estudiando sobre Bitcoin y gente trabajando en empresas bitcoiners.  Hay algo que queda en evidencia con estas dos tendencias en confrontación: la naturaleza descentralizada de Bitcoin, sin una cara visible a quien culpar o felicitar, causa al mismo tiempo atracción y rechazo.   Por eso el experimento puesto en marcha por Bukele en El Salvador con una adopción vertical (desde el gobierno hacia abajo), pone de relieve la naturaleza polivalente de Bitcoin y muestra su potencial como catalizadora de cambios (con su consecuente resistencia).   Bitcoin se hace sentir donde llega, sea con bulla o silenciosamente. Y a pesar de que la moneda digital no ha necesitado de gobiernos para hacerse promoción, la estrategia salvadoreña sí que le ha dado un buen empujón.