El legado de Macri en Boca Juniors: su presidencia, lo que ganó, polémicas y más
- Mauricio Macri fue presidente de Boca Juniors por poco más de 12 años. Con 36 años, llegó al más alto cargo del club xeneize en 1995, y terminó su mandato con 49 años, en 2008.
Dieciséis años después, Mauricio Macri vuelve a la arena política del club xeneize, en este caso con la intención de volver al poder. El expresidente de Argentina va como candidato a vicepresidente primero del club, en la lista que encabeza Andrés Ibarra, que fue gerente general de Boca con Macri como presidente y también lo acompañó en la incursión política de Macri como jefe de Gobierno porteño.
El radio de acción de Mauricio Macri como figura influyente en Boca Juniors se extiende hasta 2019. Tras dejar el sillón de presidente, lo siguieron Pedro Pompilio (2008), Jorge Amor Ameal (2008 -2011) y Daniel Angelici (2011-2019). O sea, fueron 24 años de macrismo, interrumpido por la presidencia de quien fuera oficialismo, Jorge Amor Ameal, pero que se unió al ídolo máximo de Boca Juniors, Juan Román Riquelme, pues en 2019 ganaron las elecciones y dieron un fuerte golpe de timón en la política del club del barrio de La Boca.
Casi tres décadas atrás Macri ganaba las elecciones junto a Pedro Pompilio, venciendo por 7.058 votos a la lista que lideraban el oficialismo de Antonio Alegre y Carlos Heller, que cosechó 4.515 votos. En 1999, Macri fue reelecto con el 84% de los votos.
Los primeros años de Macri no fueron nada sencillos. Primero contrató a Carlos Salvador Bilardo como DT (1996) y tuvo un equipo de superestrellas, liderado por Diego Maradona, Juan Sebastián Verón, Claudio Caniggia, Cristian "Kily" González y Fernando Navarro Montoya, entre otros. Luego llegó Héctor Veira (1997-1998), pero el ansiado campeonato no llegó. En 1998 Boca llevaba seis años sin títulos.
Macri fue en busca del DT del momento en ese entonces, Carlos Bianchi. El Virrey venía de ganar todo con Vélez Sarsfield, que era el equipo del momento en Argentina en el primer lustro de la década de 1990 debido a sus éxitos locales e internacionales.
Con Bianchi al mando, Boca se consagró campeón en el torneo apertura en 1998. Fue el primero de una etapa dorada en lo deportivo para el xeneize, que incluye 16 títulos (seis nacionales y 10 internacionales). Fueron tiempos en que bajo la presidencia de Macri conquistó cuatro Copas Libertadores, dos Copas Intercontinentales, y cuatro Copas Sudamericanas.
Boca no solo participó en la Copa Libertadores de América, que es el tesoro mayor del fútbol sudamericano, sino llegó a sentir entonces que ese trofeo era "suyo". Jugó cinco finales de las cuales ganó cuatro y nunca quedó eliminado antes de los cuartos de final.
No solo de fútbol vive Boca. El deporte de la pelota naranja, el basquetbol, también se codeó en los más alto del baloncesto argentino. El club de la Ribera fue campeón de la Liga Nacional de Básquet en tres ocasiones (1997, 2004 y 2007). Esto se dio en "La Bombonerita", estadio de baloncesto que se construyó junto al propio estadio de fútbol. Estadio en el cual también se creó el Museo de la Pasión Boquense.
A Macri le costó imponer su idea ante un ecosistema del fútbol argentino que defiende que los clubes son de los socios, tal como figura en los estatutos de los clubes y de la propia Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Sin embargo, Macri insistió e impuso su idea. Creó en septiembre de 1997 un Fondo Común de Inversión que, no obstante, fue disuelto en septiembre de 2003. Ese fondo cotizó en la Bolsa de Comercio. El objetivo era obtener fondos para que Boca no gaste dinero de sus propias arcas y así poder armar un equipo competitivo. "No arriesgar nada, pero ganar mucho", repetía Macri en su latiguillo.
Bajo esa impronta llegaron jugadores que fueron decisivos en el éxito deportivo: Guillermo Barros Schelotto, Walter Samuel, Martin Palermo y Javier Villarreal, entre otros. La idea tenía como premisa no invertir en los refuerzos y repartir las ganancias a futuro con los inversionistas.
El cambio de filosofía en Boca ya era evidente en 2005. A 10 años de haber asumido Macri como presidente, el club xeneize comercializaba 500 productos que incluían útiles escolares, teléfonos móviles, golosinas y vinos, entre muchos otros.
Fueron tiempos de éxitos deportivos y económicos pero también de fuertes tensiones y polémicas con los referentes máximos del Boca “supercampeón”. El conflicto era el reparto de las ganancias y los personalismos que desde un lugar y otro de la trinchera se imputaban.
En el comienzo de su ciclo como presidente del club, Macri tuvo fuertes desencuentros públicos con Diego Maradona y luego los tuvo con los líderes del Boca “supercampeón”, como ocurrió con los ídolos Juan Román Riquelme y Jorge Bermúdez, entre otros.
La impronta de mando de Macri también chocó con el máximo conductor del brillante ciclo, Carlos Bianchi. Fue el 23 de septiembre de 2001, cuando el DT decidió no renovar el contrato. La decisión de Bianchi, abandonando una conferencia de prensa en la que dejó a Macri plantado, fue un colosal estruendo que requirió mucho tiempo para oser olvidado por los fanáticos de Boca.
Los aires de cambios que quería imponer Macri estaban claros desde una gestión que comenzó con fuerte impronta. En mayo de 1996, la Bombonera, a través de Macri, presentó nuevos palcos y lució nuevo aspecto en tribuna de socios, baños y asientos, sector de prensa, entre otras áreas del estadio. Sin embargo, fracasó en la pretensión de ampliar el estadio, ya que no se logró comprar las dos medias manzanas que bordean el mítico recinto.
Se hizo una fuerte inversión en la creación del predio en Casa Amarilla, vecino al estadio, el cual lleva ahora el nombre Pedro Pompilio.
En dicho predio, Boca le dio cabida a juveniles que se alojaban, ya que el propósito de Macri era que de 11 jugadores titulares, nueve hubiesen surgido de la cantera del club. Para eso contrató a Jorge Bernardo Griffa, especialista en la formación de futbolistas juveniles. La mano de este formador se vieron reflejadas en que varios jugadores de esta cantera fueron luego tomados por Carlos Bianchi para incluirlos en el ciclo exitoso de Boca Juniors.
El arrasador paso del Boca de Bianchi no hizo más que acrecentar la popularidad en todo el mundo del club xeneize. Los ojos de todo el mundo miraban al club que no paraba de dar vueltas olímpicas, bajo el magistral pulso de la conducción de Bianchi y con una constelación de jugadores que estaban en su apogeo. Entre los más destacados, de acuerdo a lo que consigna el portal Transfermarkt, están Walter Samuel, contratado en 2000 por la Roma; Juan Román Riquelme, vendido en 2002 al FC Barcelona; Hugo Ibarra, comprado en 2001 por el Porto; y Carlos Tevez, fichado en 2005 por el Corinthians, entre otros.
En 2003 surgió una iniciativa que buscaba que los fans del Boca vieran las 24 horas todo lo que tenía que ver con el club de sus amores. La iniciativa se llamó "Boca TV". El propósito era replicar lo ya hecho por clubes de referencia mundial como Manchester United o el Real Madrid. La premisa tenía el mismo sesgo financiero que, bajo la presidencia de Macri, funcionaba como un mantra: no invertir y ganar en un porcentual de las potenciales futuras ganancias. El proyecto no funcionó. Sus emisiones terminaron en 2006.
Otra gran aspiración importante de Macri fue llegar con la marca Boca a remotos lugares donde hay un importante mercado comercial. Ello incluyó países como Japón, China, Emiratos Árabes Unidos, India, Corea y Tailandia.
Con ese objetivo, tanto deportivo como comercial, Boca Juniors contrató al futbolista japonés Naohiro Takahara (2001), pero el jugador no estuvo a la altura del cometido. También se intentó fichar a los futbolistas chinos Yao Li y Gou Xu Li en 2004, pero ninguno pasó la prueba deportiva. La decisión estratégica de la política de Macri no funcionó, no solo con estos jugadores, sino con otros que llegaron de Croacia y Hungría, entre otros países.
El 14 de noviembre el territorio Boca tuvo un sismo. La presencia de Macri en una lista de unidad elaborada por Ibarra acaparó el centro de atención. "Andrés me dijo que me necesitaba y yo le dije que no podía abandonar a Boca debido a la arbitrariedad, autoritarismo y prepotencia. Por ese camino nuestro Boca no tiene futuro", indicó Macri como eje conceptual en la presentación de la lista que hizo ante la prensa.
El radar político de Macri, que tuvo incidencia hasta 2019, también cosechó fracasos en no lograr la obsesión xeneize de conquistar la Copa Libertadores. Bajo la presidencia de Daniel Angelici, el equipo azul y amarillo perdio dos finales: una en 2012 ante Corinthians y otra en 2018, ante su rival de siempre, River Plate.
"Lamentablemente, este Gobierno desmanteló todo el fútbol aficionado. Echaron a muchos gerentes importantes. Hay que volver a ser un equipo profesional (...) para que podamos competir con el Real Madrid y el City", aseguró Macri.
"El mundo ha ido en una dirección. Creó en la libertad, y cada club deberá decidir cómo se quiere organizar. Hay socios de un club que creen que es mejor transformarse en sociedad anónima, hay que dejarlos. Ojalá algún día el estatuto de la AFA diga que (el club) que quiera ir por ahí, vaya", dijo el expresidente argentino.
En la presentación hecha en noviembre, Macri, junto a Ibarra, presentaron una maqueta de la nueva Bombonera que pretenden construir en el término de tres años y que tendría una capacidad para 105.000 espectadores.
"Es obvio que a Boca el estadio le ha quedado chico y necesitamos ampliarnos. Eso es un desafío enorme. Andrés (Ibarra) y su equipo tienen la capacidad para hacerlo, en un país con problemas económicos... Fue doloroso despedirse de los viejos palcos y va a ser doloroso despedirnos un día de La Bombonera. Esperemos que los arquitectos puedan armar una Bombonera con la misma acústica", dijo Macri.
Argentina atraviesa una etapa de cambio de mando en la política nacional. En medio de este momento sísmico, los hinchas de Boca Juniors tendrán otra instancia resonante este domingo 3 de diciembre. Las urnas decidirán entre dos fórmulas: en un rincón está el mayor ídolo boquense, Juan Román Riquelme, y en el otra esquina, Mauricio Macri, que quiere recuperar el poder del club que fue el trampolín para llegar a lo más alto de la política argentina.